Tres copas con vino tinto, rosado y blanco.

Naturaleza hecha arte

El vino es uno de esos pilares que trascienden el mero arte culinario para soportar como testigo permanente la misma historia de la humanidad. Desde el neolítico, a juzgar por los testimonios encontrados en los montes Zagros, hoy Georgia y Armenia, donde se ubica la más antigua bodega conocida (6000 años A.C.) , la expansión de la viticultura, merced sobre todo a la propia difusión del cristianismo, hace que el vino acompañe al ser humano en sus principales celebraciones.

El mismo origen y motivo lo convierte también en arte, porque no menos que como tal debe considerarse su cultivo desde la cepa y sus cuidados en la Bodega. La sabiduría de quienes ponen firma a nuestros vinos, así como el silencio y el tiempo que otorgan a los caldos su personalidad hacen inconfundibles etiquetas como Marqués de Reinosa, Cecios, Gárdenos o Viñestral. Todos son vinos elaborados con mimo, sabiendo que el reto es ensalzar la calidad de la propia uva de la que nacen. Son vinos, por ello, apreciados por los que saben que la “naturalidad”, en su más puro significado, es la que otorga un carácter distinto al mejor vino.

Nuestros Vinos